Documental de creación acerca de las razones del disfrute de las historias de horror y fantasía en cine, televisión y literatura. Homenaje al cine de género fantástico y de terror.
El miedo como forma de arte. Un viaje adrenalínico con espíritu de rock, a través de la atracción por lo mórbido y siniestro que puede crear el mayor de los monstruos, el ser humano.
El terror y el fantástico desde sus orígenes. Historia de los mitos relacionados al diablo, los vampiros, los licántropos, y como eso derivó en relatos literarios, cinematográficos, etc. Este documental retrata el fanatismo de los que amamos al género de terror y fantasía.
Con secuencias audiovisuales espeluznantes, especialistas del género, realizadores cinematográficos, escritores de horror, y apasionados del tema nos enseñan cuan divertido es asustarse. Homenaje al cine de género fantástico y de terror.
“Los sueños de la razón produce monstruos”, la inquietante frase de Goya, ejemplifica como la fantasía humana puede crear seres innombrables, demonios, esperpentos informes, que jugarán con nuestras mentes asustándonos, o simplemente, nos harán pasar un buen rato, leyendo una novela o viendo una película de terror.
La definición de miedo dice lo siguiente: El miedo o temor es una emoción caracterizada por una intensa sensación desagradable provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. Es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, y se manifiesta en todos los animales, lo que incluye al ser humano. La máxima expresión del miedo es el terror.
El morbo, la muerte, lo gótico, ejerce sobre nosotros, una particular atracción. Y si es acompañada de humor negro, más todavía. La dura realidad a la que estamos acostumbrados, con guerras, hambrunas, violencia, forma parte de nuestra propia condición humana, el hecho de reír a costa de la muerte, hace que nuestro paso por el mundo sea más relajado y nos aleje de ella.
El terror como catarsis. Reírse de la muerte, reemplazando al verdadero horror de la realidad, Freud nos dice, “experimentamos el placer humorístico allí donde es evitado un sentimiento emotivo que esperábamos como inherente a la situación”. Asumir la propia condición de mortal nos ayuda a mirar la vida y la muerte, con otros ojos.
El ser humano siempre ha sentido una gran atracción por lo que está más allá de la muerte, encontrando en la literatura y la historia constantes vínculos entre el mundo de los vivos y los muertos.
El terror llega cuando la humanidad descubre que tiene fecha de caducidad, cuando aprende que hay una barrera entre los que están acá y los que están allá.
A finales del XVIII aparece la literatura de miedo, vampiros, fantasmas, monstruos y seres repugnantes, que contrastan con lo racional, la religión, lo conservador. Recorren los paisajes sombríos, los bosques tenebrosos, los siniestros castillos y monasterios con sus respectivas criptas y pasadizos. La literatura de terror primero, y luego el cine, sientan las bases canónicas del género.
Frankenstein, es una obra literaria de la escritora inglesa Mary Shelley. Publicado en 1818 y enmarcado en la tradición de la novela gótica, el texto explora temas tales como la moral científica, la creación y destrucción de vida y la audacia de la humanidad en su relación con Dios. Boris Karloff alcanzó fama internacional por su interpretación en la película de 1931.
Como dice el realizador y guionista Chicho Ibáñez Serrador:
-La máxima estrella del género terrorífico, es sin duda, Edgar Allan Poe, es un gran clásico, un genio, un poeta, un creador. Ya que si ha habido un escritor que robó el sueño a sus lectores, ese fue, Edgar Allan Poe.
El especialista en literatura de terror Barton Levi St. Armand, nos dice la diferencia entre el terror y el horror literarios: mientras el terror viene del exterior, atacando el alma del lector, el horror nace del interior de uno mismo. Por lo tanto, el horror repele el contacto con el humor, mientras que el terror sí puede mezclarse con el humor, y así sucede ya en multitud de obras maestras del género, desde el humor negro, sutil de Poe o Byron, al cinismo desopilante de películas como “La danza de los vampiros” de Roman Polansky, o el sarcasmo de “La noche de los muertos vivos” de George Romero. Al igual que el terror, el humor necesita de la sorpresa, de lo inesperado, lo imprevisto. Uno no ríe igual la segunda vez que se encuentra frente a frente con un chiste, al igual que uno se asusta solamente de lo inusual, lo extraño, o la sorpresa…
Angelo Mosso, en su tratado llamado “La Paura”, habla de los componentes fisiológicos y patológicos del miedo: ansiedad, palpitación, temblor, grito, contracción de los vasos sanguíneos (palidez- y contracción muscular) generando la piel de gallina), secreción de sudor, que es lo que nos pasa cuando nos emocionamos o aterramos frente a una horripilante escena de un film de género…
El miedo como construcción cultural: Orson Welles aterró en 1938 a miles en Estados Unidos, con su performance radial de “La guerra de los mundos”de H. G. Welles. El miedo a lo desconocido, hecho arte.
El imaginario colectivo de los terrores de occidente se fragua primero con los alucinantes films del expresionismo alemán, “Nosferatu” y “El gabinete del Dr Caligari”.
La gran depresión económica en los Estados Unidos, genera monstruos, creados en los estudios de la Universal. Drácula, Frankenstein, El lobo humano, sacarán de la miseria mental a los sufridos espectadores, a mundos nuevos nunca visitados y así exorcisarán su presente.
Luego vendría la productora Hammer en los 50’s y 60’s, con sus coloridos, sensuales y góticos films de vampiros y monstruos.
Los 70’s con psicópatas, aliens y tiburones.
Los 80’s con la generación slasher y gore, Freddy Kruegger, Jason y Michael Myers y sus secuelas.
Los 90’s con los asesinos seriales de Scream y por el 2000, el horror nipón.
Hoy en el 2017, nos seguimos asustando, a pesar de las innecesarias remakes...
El humorista español Chumy Chumez comenta: “A la gente le asusta la muerte propia. La ajena le es indiferente, pero las muertes de los demás nos recuerdan que nosotros también somos mortales y eso nos inquieta".
Fue en el año 1988 cuando un desconocido Don Mancini elaboró el guion de lo que sería Child's Play (conocida en Latinoamérica y en España como Chucky, el Muñeco Diabólico). Dirigida por Tom Holland, la cinta narraba la historia del feroz asesino Charles Lee Ray (interpretado por Brad Dourif) quien, herido de muerte y acorralado por la policía, decide traspasar su alma a la del juguete de moda, un muñeco Good Guy.
Vampiros, zombies, monstruos, fantasmas, psicópatas, demonios, brujas, muñecos asesinos, todos ellos nos trasladan a un mundo maravilloso, donde nuestros pensamientos cotidianos se desvanecen, nos hacen pensar, nos divierten, y en algunos casos, no nos dejan dormir...
Para la mayoría de las personas los hechos reales nos atraen más que los ficticios, asesinatos, catástrofes, accidentes, como escribió Poe en uno de sus relatos, “con la ficción nos escandalizamos pero con una situación real nos fascinamos”. Aunque muchos lo nieguen, apenas aparece por alguna red social algún video un tanto escabroso casi ni dudamos en darle play, y si bien nos horrorizamos ante aquellas imágenes brutales y nuestro corazón se acelera, luego nos arrepentimos de verlo y lamentamos que la situación haya sido real, (por lo menos para algunos) lo que realmente nos conmueve es que por breves instantes tomamos conciencia de nuestra finitud y que la realidad supera la ficción como ya sabemos.
Con espíritu de rock, este documental se basará en la “Filosofía Del Terror”, de Noel Carroll.
Filmado en los festivales de género de terror, como Sitges, el Fantasti'CS y Buenos Aires Rojo Sangre…
Visitamos museos de cera en Barcelona, Madrid y Buenos Aires, grabamos espectáculos relacionados con el miedo, bosques profundos, cementerios, iglesias, hospitales; Participamos de eventos masivos relacionados con el terror, zombiwalks, Halloween, shows de horror, etc.
A los entrevistados, (expertos, realizadores, guionistas y fans), se les preguntó cúal fue su mayor miedo en una película y cuál fue el mayor miedo de la vida real.