Nos acaba de llegar la triste noticia del fallecimiento de Víctor Israel, uno de los secundarios imprescindibles de nuestro cine, actor de rostro peculiar que interpretó a todo tipo de malos, torpes y zarrapastrosos en el western europeo y otros filmes de género (terror, policiaco, aventuras…) de los 60/70/80. Nacido en Barcelona en 1929, Víctor, cuyo nombre real era José María Soler Vilanova, estuvo trabajando prácticamente hasta el último momento, como demuestran sus intervenciones en Los fantasmas de Goya (2006), de Carlos Saura, o Sitges-Nagasaki (2007), de Ignasi P. Ferré. Su trayectoria comenzó varias décadas atrás interviniendo en Tierra brutal (1961), un primigenio western español dirigido por Michael Carreras, uno de los nombres esenciales de la mítica Hammer. Para nuestro género favorito participó en La residencia (1969), de Narciso Ibáñez Serrador, El monte de las brujas (1972), de Raúl Artigot, Pánico en el Transiberiano (1972), de Eugenio Martín, La maldición de la bestia (1975), de Miguel Iglesias, Serpiente de mar (1984), de Amando de Ossorio, Acosada (1985), de Sebastián DÁrbó.
Descanse en paz.
