Se conmemora el 50 aniversario del estreno de Obras maestras del terror, producción argentina dirigida por Enrique Carreras, guión de Luis Peñafiel (Narciso Ibáñez Serrador) y protagonizada por el gran Narciso Ibáñez Menta.
Existe una controversia sobre la autoría de la realización aunque firmada por el director argentina, el resto de su obra es totalmente distinta y su estilo narrativo es similar al de la serie del mismo nombre que triunfó en la antena argentina. Serie que años después pasó a la televisión española con el título Historias para no dormir.
Si las series argentinas solían estar dirigidas por Narciso Ibáñez Menta, el padre, las españolas recaían en las manos del hijo que en la actualidad es todo un referente televisivo aunque por desgracia su carrera cinematográfica es excesivamente escueta. Lamentablemente el negativo original se perdió pero la copia de la Filmoteca argentina se editó en DVD, distribuida en España, y la pudimos disfrutar.
Actualmente todo un clásico que influyó en Roger Corman y su serie sobre Edgar Allan Poe con Vincent Price que vino inmediatamente a continuación.Por cierto, nuestro Narciso Ibáñez Menta nada tenía que envidiar al gran Price, pero ya sabemos que los hispano hablantes jamás supimos promocionar nuestro idioma y nuestras cinematografías han sido eclipsadas por la norteamericana. Pero en fin, Obras maestras del terror es uno de los mejores títulos de género fantástico rodados en lengua castellana.
Tres relatos cortos cuyo nexo de unión son unas secuencias protagonizadas por Mercedes Carreras, la esposa del director. Tres relatos de Poe, El caso del doctor Valdemar, El barril del amontillado y El corazón delator.Narciso Ibáñez Menta protagoniza los tres episodios, el tercero junto a su hijo Chicho. Años después grabaron en España "El último reloj" que es toda una calcomania de este episodio, con el propio Menta repitiendo papel, dirección de Chicho y Manuel Galiana sustituyendo a éste.
Sorprende la perfecta ambientación de los tres episodios, en un blanco y negro algo duro de contraste, pero efectivo.Todo un clásico que hubiera merecido mejor distribución y mayor prestigio dentro de nuestra filmografía porque es muy superior a casi todo el cine fantástico que posteriormente se rodó en la península. Toda una joya para disfrutar.