miércoles, 25 de agosto de 2010

NUEVO LIBRO SOBRE NARCISO IBÁÑEZ MENTA


Al cumplirse hoy día 25 de agosto un nuevo aniversario del nacimiento de Narciso Ibáñez Menta, recordemos a este inigualable actor asturiano que engalanó los escenarios teatrales,nos dejó películas inolvidables y nos aterró en la televisión con una abultada cantidad de ciclos de terror legendarios. Interesarse en su vida y en su obra artística es una buena forma de mantener vivo su legado, que tantas legiones de fans supo cultivar..

Una buena noticia es la que nos anuncia precisamente hoy la escritora Graciela Beatriz Restelli. Acaba de entregar su trabajo a la Editorial Dunken para su publicación. Sin duda, una grata sorpresa para todos los que somos fans de este actor maravilloso.

Vol. 1: De "niño Ibáñez" a "pibe Narcisín"
La figura de Narciso Ibáñez Menta está fijada, en el imaginario popular, a ciclos televisivos de terror y suspenso. Pero el actor reclamaba, y muy especialmente en sus últimos años de actividad artística, que se lo recordase además por su extensa trayectoria teatral.

La amistad que me unió a Narciso, sumada al interés por hacer cumplir su pedido casi suplicante, me llevó a comenzar una investigación sistemática acerca de su actuación desde la infancia, tanto en hemerotecas y bibliotecas de aquí como de España.

Cuando revisé qué se había escrito acerca de este actor, encontré biografías en diccionarios -unas más completas que otras-, someras menciones en libros especializados; inclusive, un breve libro de escasa difusión había sido publicado en Murcia, pero nada más.
A medida que avanzaba en la investigación, iba descubriendo una cantidad de errores y omisiones considerables en cada texto que lo mencionaba. Estimé que la única manera de enmendar lo difundido era revisar los periódicos rigurosamente día por día, carteleras y críticas. Y desde entonces me sigue extrañando que ese fenómeno llamado “Narcisín”, cuya gracia y desenvoltura escénicas incentivaban a autores teatrales y compositores de ambas latitudes a crear obras para que él las interpretara, no haya sido objeto de atención de historiadores teatrales.


En el presente libro, relato desde su aparición involuntaria en escena a días de su nacimiento, pasando por su espontánea irrupción en el escenario a los tres años de edad en Granada, y la etapa más profunda de formación escénica en Buenos Aires desde 1919 a 1923, siempre con la guía y supervisión de sus padres. Observo cómo su tránsito por el teatro musical lo había llevado a destacarse, además, en el canto y especialmente en el baile. Continúo con su retorno a España y su triunfo definitivo en el propio país de origen, hasta el contrato en La Habana con la gira caribeña y la experiencia en Nueva York, y termino con la última temporada cubana. Hasta aquí, el primer volumen que estoy presentando.

Mientras la historia del artista se desarrolla cronológicamente, algunas preguntas conexas subyacen como planteo: ¿hasta dónde el niño era prodigio por naturaleza? Su profesión ¿se gestó en el seno de una real vocación, o habrá sido consecuencia de una adaptación a circunstancias ineludibles? Así fue cobrando vida en el escrito y en mi imaginación, la criatura contra cuya imagen debió luchar arduamente el actor adulto, creando monstruos para que le ayudaran a destruirla.


En síntesis, este libro es, pues, el volumen inicial de la primera reconstrucción de la actividad teatral de Narciso Ibáñez Menta, surgida desde documentos escritos, visuales y sonoros que fui obteniendo desde 1969 -de forma asistemática- y desde 2004 -sistemáticamente- que avalan lo que describo, narrado con detalle pero sin dejar de expresar las sensaciones que me produjeron los hallazgos, lo que fui corroborando, y lo que debí rectificar. Abunda en transcripciones de notas periodísticas y fotografías, pues quizás no exista otra oportunidad para acercarse directamente a esos valiosos documentos sobre su historia.

Las incógnitas -que hay varias- o los planteos reflexivos -se develen aquéllas y se respondan éstos alguna vez, o no- creo que brindarán al lector la posibilidad de movilizar su imaginación y su punto de vista personal, enriqueciéndose así la narrativa.


Graciela Beatriz Restelli