viernes, 30 de diciembre de 2011

ACTO DE LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO DE JUAN PIQUER EN CATACUMBA 2011


En primer lugar Jorge Juan Adsuara agradeció la oportunidad que le brindaba la organización de la Semana de Cine Fantástico, Terror y Ciencia Ficción de Godella (CATACUMBA 2011), de presentar el libro del productor, guionista y realizador valenciano, Juan Piquer. Jorge dijo que: El libro es coral, está escrito por diecisiete autores y cuenta además con prólogo de Isabel Piquer, hija del cineasta. Ha sido un trabajo que empecé coordinando desde el mismo día de su triste fallecimiento. Hace ahora casi un año y surgió de la necesidad de hacer un justo reconocimiento a toda su obra por parte de los que le conocimos y los que seguían su cine.


El guionista Miguel Ángel Plana manifestó que: Mi colaboración en el libro se limita únicamente a una entrevista personal que le realicé justo cuando preparaba su trilogía de aventuras aquí en Valencia. En aquel entonces editábamos una revista de cine y cómic llamada "Flashback". Tuve la gran oportunidad de charlar un buen rato con él. Aunque al principio daba respeto debido a su carácter seco, a medida que hablábamos ya me dio su total confianza porque comprendió que no era un crítico al uso sino un fan de sus películas. La revista que editaba (y se curraba prácticamente solo, cual hombre orquesta), mi amigo Antonio, lanzó un número especial dedicado al Fanta-Terror español. Fuimos unos francotiradores, he de reconocerlo. Y, aunque hoy es objeto de coleccionismo, en su momento pienso que no tuvo la repercusión que se merecía. Nunca entendí, como espectador, esa infravaloración por parte de determinadas élites de la crítica cinematográfica, hacia el cine de género. Y sobre todo del patrio. Esa infravaloración es posiblemente la misma que ha hecho que la desaparición de Jacinto, Carlos o Juan no haya sido sentida de la manera que se debía. Afortunadamente siempre habrá un grupo de irreductibles galos que llevaran en alto la antorcha del reconocimiento (como todas las firmas que en este estupendo libro se recogen). Sobre la entrevista he de decir que recuerdo que fue después de un día de Reyes. Hacía mucho frío, pero la calidez que emanaba de la personalidad, el buen hacer y los conocimientos de Juan, hicieron que me sintiera cómodo y gratamente reconfortado en su presencia. La primera película suya que disfruté fue la versión de “Viaje al centro de la tierra”. Después hubo más Vernes, y con todo, cada vez que me encontraba con una de esas historias suyas en la pantalla grande era como volver a mi infancia. Cuando en aquella vieja colección de la Editorial Bruguera, descubrí pasmado las aventuras del genial francés.


El realizador Sergio Blasco, amigo personal de Piquer comentó: Antes de que Jaume Balagueró, Almenábar o Juan Antonio Bayona triunfasen con sus películas de terror en medio mundo, Juan ya había realizado su incursión en este género con éxito, la película Mil gritos tiene la noche llegó a ser una de las cinco más vistas en los Estados Unidos. Piquer aguantó durante su trayectoria etiquetas como maldito o creador de títulos de serie B, calificativos que nunca le molestaron. Sabía que trabajaba de un modo y con un género que la critica no apreciaba mucho.
Sin embargo en circuitos más restringidos y especializados, Juan Piquer gozaba de mayor popularidad y algunas de sus películas se consideraban hasta de culto.



El realizador Rafael Gassent añadió: Conocí a Juan Piquer cuando los dos, allá por los años setenta, andábamos enfrascados en lo que nos daba de comer: el mundo de la publicidad. Él tenía su estudio en la calle Pradillo en Madrid. Curiosamente, a nivel estético, se asemejaba al del fotógrafo David Hemmings de la película de Antonioni Blowp Up. Fondos blancos y estética pop. La puerta parecida a una de Carnaby Street, con dintel de medio arco y pintada de verde inglés, el equivalente al «rojo carruaje». La publicidad nos unía, (íbamos a realizar un anuncio para Sábanas Viridiana, cuyo propietario era el cinéfilo Enrique Pastor, uno de los artífices de la mítica Cartelera Turia y su mujer, la diseñadora María Teresa Ponce, que anteriormente habían creado la Librería Viridiana decorada por el Equipo Crónica, en el pasaje Artis, punto de referencia del cine undenground, de nuestra movida, con gentes como Antonio Maenza, Rafa Ferrando, toda la fauna del Capsa 13 y el Bar Glorieta. Juan se interesó por lo que ocurría en Valencia y me enseñó su secreto mejor guardado: él también era cineasta, valenciano, y estaba preparando el rodaje de Supersonic Man, después de haber triunfado con una adaptación muy espectacular de Viaje al centro de la Tierra, una producción muy arriesgada, con grandes efectos especiales y una estrella mítica del cinema inglés, Kennet Moore, y también con actores españoles que empezaban a despuntar como Pep Munné.


Rafael Gassent afirmó que: Desde el principio hubo un gran feeling entre nosotros, yo le hablaba con ilusión de mis proyectos y él de los suyos. Por su situación geográfica y profesional, él estaba más conectado con el mercado internacional, lo que le permitía colocar sus películas en ese difícil, pero casualmente fácil, mercado anglosajón. Una especie de Jess Frank, que abordaba todos los géneros, con seudónimo, (J. P. Simon, exigencia de las distribuidoras, como Jesús Franco o Paul Naschy). Era su cine, ya digo, de fácil producción, en el mismo estudio creaba las maquetas, los efectos especiales, que ganaron algún Goya que otro. Cuando entrabas en aquel estudio veías de repente volar ante tus ojos una nave espacial o un superman sujetos por hilos de nylon que volaban literalmente,un cine casi naïf, como el de aquel americano, que era considerado el peor director de cine del mundo. Juan Piquer, no lo era. Conocía muy bien su oficio y hasta dónde podía llegar. Se le ha acusado en alguna ocasión de piratear con los presupuestos, pero esto no era más que una operación para sacarle más partido al mercado. Yo fuí un poco «cómplice» (sin saberlo) en su última etapa aquí en Valencia cuando rodó La isla del Diablo, con un guión mío y diseño de producción, que luego no se acreditó en los títulos pero que si cobré por el trabajo. Pero ahí queda su obra, la de un niño grande, inquieto que quería hacer realidad sus fantasías infantiles, que hacía un cine como a él le gustaría ver con ojos de niño, para volver al recóndito lugar de la inocencia, de la fantasía. En fin, a un universo en el que quizá esté ahora disfrutando de todas aquellas fantasías de la sala oscura de un cine de los años cincuenta.

Sergio Blasco añadió que: Después de dirigir la Mostra de Valencia. Durante sus últimos años estuvo ultimando proyectos, como la continuación de Mil gritos tiene la noche con un guión mio y concediendo entrevistas a publicaciones especializadas que seguían mostrando interés por él y por sus películas.

Seguidamente y para finalizar, respondiendo a la pregunta de la fecha de aparición del libro, Jorge Juan Adsuara manifestó que: El libro ya está terminado y lo presentaremos en la próxima Muestra de Cine Fantástico y de Terror FANTCAST, coincidiendo con el primer aniversario de la desaparición de Piquer.


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