jueves, 10 de enero de 2013

STEAMPUNK CINEMA

 
El steampunk fue, en sus inicios, un subgénero literario nacido dentro de la ciencia ficción especulativa que surgió durante la década de 1980 a manos de escritores conocidos por sus trabajos cyberpunk. A día de hoy, este subgénero ha madurado hasta convertirse en un movimiento artístico y sociocultural y no tan solo literario. El steampunk se desenvuelve en una ambientación donde la tecnología a vapor sigue siendo la predominante, y por normalidad, asentada en Inglaterra durante la Época victoriana, donde no es extraño encontrar elementos comunes de la ciencia ficción o la fantasía.


Las obras de temática steampunk a menudo muestran tecnologías anacrónicas o invenciones futuristas imaginadas por los visionarios de su época, todas ellas basadas bajo la perspectiva Victoriana en la cultura, el arte, la moda e incluso la arquitectura. El steampunk bebe principalmente de los trabajos de H. G. Wells y Jules Verne y del imaginario encontrado en sus obras, por lo que al igual que el dieselpunk, este subgénero se puede englobar dentro del movimiento retrofuturista, el género de las ucronias y la ficción especulativa, pero su tendencia a incorporar elementos fantásticos y el carácter más desenfadado y utópico de sus tramas lo alejan tanto del dieselpunk como del cyberpunk.

A pesar de que el steampunk es relativamente nuevo, el atractivo al público, la majestuosidad del subgénero y la maleabilidad de este encajan perfectamente con la moderna cinematografía, ofreciendo, día a día, una mayor cantidad de títulos donde las características del steampunk se hacen más notorias.
 
 
Fuera del subgénero, aunque asentando las bases de este en la gran pantalla, se encuentra la pionera película checa Una invención diabólica (1958). Karel Zeman, imagina en esta un mundo imposible basado en las novelas de Jules Verne, de la misma forma que ocurría tres años después en la película Master of the World (1961) guionizada por el escritor de ciencia ficción y terror, Richard Matheson. Otra película, esta vez de animación, en contemplar este subgénero antes de ser realmente acuñado es El castillo en el cielo (1986) de Hayao Miyazaki, donde la ahora llamada estética steampunk y dieselpunk inundan el cuidado dibujo de la película.



No sería hasta 1999, con la película Wild Wild West, cuando el subgénero tomo importancia dentro de las salas de cine. A esta película Weird West con tintes steampunk les seguirían muchas otras como Metrópolis (2001) de Osamu Tezuka, la versión cinematográfica de la novela grafica de Alan Moore, La Liga de los Hombres Extraordinarios (2003) o La brújula dorada (2007), película basada en la novela Luces del norte de Philip Pullman, entre otras tantas películas que han tocado este subgénero.


Resaltando finalmente tan solo aquellas películas que han marcado al subgénero se debería mencionar a la película de animación Steamboy (2004) de Katsuhiro Ōtomo,  que muestra una intrincada Inglaterra en plena Revolución industrial y como la aparición de una fuente pura de vapor complica no solo la vida del protagonista, sino también la de aquellos espectadores que se encuentran en la Gran Exhibición del Palacio de Cristal en Londres. Dentro del mismo año, El castillo ambulante (2004) de Hayao Miyazaki, y basada en la novela del mismo titulo, sirvió para acercar la corriente mas fantástica de este subgénero al gran público. Las misteriosas exploraciones geográficas de Jasper Morello (2005) es un corto de animación de estética steampunk que destaca por la mezcla de animación clásica (teatro de sombras) con modernas técnicas de infografía, mostrando al publico una complicada historia ambientada en un mundo donde la humanidad se traslada en dirigibles.



Cerrando la lista, se encuentra la película Adèle y el misterio de la momia (2010) realizada por el cineasta francés Luc Besson y que adapta a la gran pantalla la historieta del mismo título. La película ofrece un escenario tardío para el steampunk, anclándose en un Paris alternativo en 1912.


En producción, la nueva versión de la novela de Verne, 20.000 Leguas de viaje submarino que prepara David Fincher con estética steampunk para Walt Disney. El director ha propuesto a Brad Pitt la posibilidad de encarnar a Ned Land, el marinero al que dio vida Kirk Douglas en esta nueva adaptación realizada por el estudio en 1954, según informa Variety.
 
 
 

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