Alegre, brillante, con el sonido de las bandas sonoras de sus películas. Así -y no de otro modo- tenía que ser el evento. Sin duda el cierre de los actos programados por el FANTCAST 2012 con la presentación del libro JUAN PIQUER SIMÓN. MAGO DE LA SERIE B fue el más entrañable y emotivo.
Fue una tarde mágica como el cine de Piquer. Una magia que afortunadamente perdura en todos nosotros. También hubo un recuerdo especial al recientemente fallecido Frank Braña, actor "fetiche" de sus películas. Braña, que fue compañero en sus treinta años de rodajes por todo el mundo, también fue entrevistado para el libro. Tenía mucha ilusión por el mismo ya que consideraba a Piquer como uno de sus grandes amigos.
Allí también estuvieron apoyando el evento parte del equipo artístico y técnico de La isla del Diablo. La directora artística María Rubio contó algunas de las numerosas anécdotas que surgieron en el rodaje, como aquel día que los camiones de producción cargados de ídolos y cabañas no pudieron pasar por un puente cuando se fueron a filmar exteriores... y el actor especialista Carlos Laullón narró el sufrimiento moviéndose en el interior del traje, que pesaba la nada desdeñable cifra de 90 kilos... Según él, llevarlo puesto era como estar metido en un horno. Literalmente, de hecho, ya que el pobre actor casi muere quemado o, incluso, electrocutado en el interior del traje diseñado por Carlo de Marchis.
En su día La isla del Diablo (1994) era una buena película de aventuras de serie B, y eso no sólo era debido, en parte, a la lograda ambientación lograda con poco presupuesto, sino también a que la mayor parte de su éxito residía en el público infantil, hoy en día adultos de más de treinta años, que veían cine antes de la masiva popularización de los videojuegos.
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