Han pasado cincuenta años desde que un tiburón imponente nos llamó la atención. Este es un homenaje con dientes al tiburón de las fauces. El que cambió nuestra perspectiva sobre la natación y nos hizo reflexionar.
Distorsionaron un poco su diseño a propósito y crearon un adorno de resina grueso y carnoso. ¿Pueden demostrarlo? No. Es solo una corazonada, pero están bastante seguros de que almorzó con un turista del 4 de julio.
Cuando la vida te pida un buen mordisco, no te preocupes, ¡tienes las fauces de un tiburón blanco! Perfecto para colgar en tu árbol de Navidad o alrededor de tu escritorio para que todos lo vean.
Detalles: Cuidadosamente esculpido, fundido y pintado a mano. Mide 14 cm de largo. Se presenta en una caja de coleccionista a todo color. Perfecto para guardarlo o para sorprender a alguien para un regalo.
