Dos historias enmarcadas por una fiesta de cumpleaños que es interrumpida por un asesinato y un secuestro. Una mujer (Zea) maldice a una familia por haber perdido a su hijito y eventualmente se suicida, convirtiéndose en la fantasmal figura que llora.
Recuperar la cinta protagonizada por Ramón Pereda, Virginia Zurí y Carlos Orellana, entre otros, es relevante para la cultura cinematográfica del país mexicano gracias a su estatus como la primera producción de este género rodada en su territorio nacional.
La primera película del cine mexicano dedicada al horror es un filme bien ejecutado, cosa curiosa, por el cubano Ramón Peón, quien introduce algunos elementos bastante vistosos. Planos de cámara poco comunes en la época, demandantes para nuestra industria. Vale la pena revisitar la película.