Tras estudiar en Yale y viajar por toda Europa, Vincent decide convertirse en actor. No le resulta fácil y permanece varios años realizando papeles secundarios. Más tarde, comienza a trabajar en films de terror de bajo presupuesto, entre los que no se puede pasar por alto títulos tan emblemáticos como los Crímenes del Museo de Cera, la Mosca (y su secuela) o the House of Haunting Hill, que ya de por sí le convierten en una gran estrella del género.
Pero es durante los años 60, cuando Price trabaja en repetidas ocasiones con el director Roger Corman, con el que protagoniza varias adaptaciones de relatos de Edgard Allan Poe, logrando algunos de sus papeles más memorables. Su inquietante voz (que todos tienen presente gracias al videoclip Thriller de Michael Jackson) y su rostro serio se hicieron valer en multitud de films de terror gótico. También escribió varias historias y guiones a lo largo de su carrera.
Entre sus últimas apariciones, hay que destacar sus colaboraciones con uno de sus grandes fans, el director Tim Burton. Estas dos colaboraciones son una participación en el primer corto de Burton, Vincent, que homenajeaba al propio Price, y su último gran papel en el largometraje Eduardo Manostijeras, antes de que el cáncer acabase con su vida en 1993.
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